Saramago criticó ayer la 'complicidad de los Gobiernos, la impotencia de las Naciones Unidas y la indiferencia de la opinión pública española'. En este sentido, Saramago -cuya presencia despertó tal expectación que mucha gente se quedó fuera sin poder entrar en la conferencia- criticó que don Juan Carlos 'llame primo o hermano al rey de Marruecos' cuando la política marroquí es el principal obstáculo en la resolución del conflicto saharaui. Y añadió: 'Si hay unos hermanos para los españoles, yo creo que serían los saharauis'.
Llamó la atención sobre la responsabilidad que deben tener en la creación de esa opinión pública los medios de comunicación, si bien también reconoció que los refugiados saharauis podrían seguir el ejemplo de los zapatistas (en cuya marcha a México capitaneada por el subcomandante Marcos participó el fin de semana) en cuanto al uso que han hecho de Internet para lograr una repercusión internacional.
Desarrollo humano
Bromeó al señalar que esta defensa de Internet como instrumento puede parecer rara en él, debido a su postura crítica con ciertos avances tecnológicos, pero explicó que su postura no consiste en 'parar el desarrollo tecnológico sino en reorientarlo hacia el ser humano'. 'Es casi obsceno que nos preocupemos por Marte mientras los problemas aquí no estén resueltos', explicó.
Comparó la movilización necesaria por parte de España en apoyo al pueblo saharaui con la que se produce cada vez que ocurre un atentado de la banda terrorista ETA y recordó que la responsabilidad del Estado español con este pueblo es 'histórica, ética y moral'.
Saramago, al igual que el representante del Secretariado Nacional del Frente Polisario, Emhamed Jadad, advirtió del riesgo de guerra inminente en el Sáhara ante el plazo de dos meses dado por el enviado especial de la ONU para este conflicto, James Baker, para llegar a una salida política.
Saramago también apoyó a un grupo encerrado desde el pasado lunes en el patio de la Universidad como protesta por la Ley de Extranjería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de marzo de 2001