Para presentar ayer su última novela, El imposible olvido (Planeta), el escritor Antonio Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1930) acudió acompañado de la periodista Concha García Campoy, quien le preguntó si esta novela era la definitiva. 'Es muy distinta de las otras, es una novela insólita en mi producción, por el tema y porque por primera vez el protagonista es masculino; sí, es una novela muy especial, es desmesurada', definió el autor.
A grandes rasgos, El imposible olvido trata de los temas recurrentes de este escritor. Del amor sobre todo. 'Habla del amor más absoluto, del amor total, ese que arrasa y que deja cadáveres. Es la historia de un deslumbramiento que no distingue sexos. He hecho un esfuerzo de apearme de la literatura, un esfuerzo de vulgaridad para que cuando llegase el deslumbramiento chocara más'. Habla también de sexo. 'Respecto al sexo, hay una norma: quien no sea generoso no disfrutará nunca del sexo'.
Esta novela, añadió Gala, la dedica a la esperanza. 'Somos transeúntes de una vida y vamos a otra, pero muerte como acabamiento no hay', dijo Gala. García Campoy le recordó que en este libro, como en otros, se autocita y quiso saber si escribía para que le quisieran más. 'No escribo para que me quieran, escribo para que me lean', dijo Gala.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de marzo de 2001