A las 20.30 del lunes, Javier Jiménez, un técnico de laboratorio de la Facultad de Medicina de la Complutense, cogió el ascensor en la quinta planta para irse a casa. Pero no llegó muy lejos. Se quedó atrapado, durante 11 horas, en la cuarta planta. 'Llamé para que alguien me oyera y toqué el timbre para hacerme notar. A las tres de la madrugada me convencí de que sólo me quedaba esperar', relató a Efe este abulense de 38 años.
Y esperó hasta que, a las 7.30 de ayer, una señora de la limpieza descubrió a Javier, que tuvo tiempo para pensar hasta en 'secuestrados como Ortega Lara'. Tras su rescate, un médico le dio un ansiolítico y se pudo ir a su casa. La Complutense ha abierto una investigación para determinar por qué los guardas de seguridad no escucharon en toda la noche ni los gritos de auxilio ni el timbre del ascensor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de marzo de 2001