Escogimos una escuela pública para nuestra hija porque nos parece que es la mejor opción para obtener una enseñanza inmersa en el medio donde vivimos, plural porque engloba todos los estratos sociales, diversa porque comprende un alumnado de diferentes culturas, integradora porque respeta las diferencias. Sabemos que no todas las escuelas públicas funcionan de la misma manera y recorrimos varias antes de decidirnos por la nuestra. Teníamos la esperanza de que lentamente todas las escuelas públicas fueran subiendo su nivel. Pero esto no ha sido así. El decreto de matriculación para el próximo año contempla matricular a 27 niños por clase si hay demanda, y a cuatro niños de educación especial.
Siguen disminuyendo los recursos y siguen aumentando las escuelas privadas con financiación pública. Todos pagamos, pero se benefician siempre unos. Este aumento en la matrícula no hace sino obstaculizar una enseñanza de calidad a la que todos tenemos derecho. Queremos poder seguir optando por la escuela pública y, para ello, ésta no puede seguir siendo deteriorada.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de marzo de 2001