'Mi nombre es Josefa y les telefoneo para contarles un caso muy serio', dice una vecina de Móstoles. 'Llevé a mi madre al hospital de Móstoles, aquejada de una dolencia grave, concretamente, una infección sanguínea. Una vez allí', agrega, 'le diagnosticaron la gravedad de lo que sufría, pero se negaron a ingresarla porque, según dijeron entonces, la lista de espera previa abarcaba hasta cincuenta personas. Nos dijeron también que deberíamos esperar esos cuatro días y, una vez allí, al concluir ese plazo, nos volvieron a asegurar que quizá no podría ser ingresada hasta tres días después', explica. 'Me parece realmente vergonzoso que no se le haya facilitado el traslado a otro centro hospitalario, como me permití sugerir a los responsables del hospital. No hay derecho, mi madre está muy enferma porque, además de todos sus padecimietos, tiene esclerosis múltiple'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de marzo de 2001