'Es una verdadera pena que el ejercicio de las profesiones tradicionales haya caído, también en Madrid, en una desidia en cuanto a los resultados', se lamenta Lorenzo. 'La calidad de los servicios profesionales ha visto degradada la calidad que antes, de veinte años para acá, se notaba y que hoy casi ha desaparecido'. Y explica aún: 'No se trata de confundir profesionalismo y masoquismo, sino de buen trabajo y mal trabajo. Es una satisfacción realizar correctamente tu cometido', agrega.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de marzo de 2001