Francisco González Madrid, un hombre de 55 años que fue despedido por su actitud violenta como guarda de un finca propiedad de una fundación pública en Iznalloz (Granada), hirió ayer de tres disparos de escopeta a un hombre al que sorprendió en las inmediaciones de la propiedad recogiendo chatarra. A pesar de haber perdido su trabajo en mayo de 2000, y de las reiteradas peticiones de los directivos de la fundación para que la Guardia Civil le retirara el arma, González Madrid continuó con su chapa de guarda y su escopeta vigilando el acceso contratado ahora por el arrendatario de la finca, Antonio Rodríguez Villegas.
El herido, de 28 años, fue atendido en el ambulatorio de Iznalloz y luego trasladado a un hospital de Granada donde fue operado. Su estado de salud no implica un riesgo mortal.
Ni la Subdelegación del Gobierno ni la Comandancia de la Guardia Civil de Granada atendieron las peticiones que la Fundación Zayas envió periódicamente desde mayo de 2000 para que desarmaran al antiguo guarda. La autoridad gubernativa adujo el pasado 4 de julio que no podía quitar el arma a González Madrid hasta que un juez decidiera si el despido era correcto. La fundación volvió a expresar su disconformidad con la actitud de la Guardia Civil y llegó incluso a mencionar que la violencia del sujeto podía causar 'hechos de consecuencias irreparables'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de marzo de 2001