Procter & Gamble despedirá a 9.600 trabajadores, el 9% de su plantilla en todo el mundo, para reducir costes. La compañía, fabricante de dentífricos, pañales, bebidas, aperitivos y otros productos de gran consumo, ya anunció el despido de otros 7.800 empleados en 1999. El presidente de Procter & Gamble, Alan G. Lafley, explicó que la falta de crecimiento económico en EE UU y la volatilidad de las principales divisas frente al dólar habían perjudicado gravemente la competitividad de la corporación.
En total, 17.400 empleados, un 16% de su plantilla, dejarán la compañía hasta 2004. 'Los hechos son simples: los resultados durante el pasado año resultan inaceptables', indicó Lafley al anunciar los despidos. 'No estamos logrando el crecimiento del que somos capaces; y no estamos ganando nuevos consumidores', siguió, 'porque prefieren los productos de la competencia, y la razón más obvia son nuestros precios. El aumento de precio que hemos aplicado no ha ido acompañado de mejoras en la calidad'. El grupo comercializa marcas como el detergente Ariel y los productos para la higiene personal Evax y Tampax.
El 40% de los despidos afectará a empleados estadounidenses y el resto se distribuirá entre las filiales extranjeras. La reducción de plantilla costará 1.400 millones de dólares (casi 250.000 millones de pesetas), que se cargarán sobre los resultados de 2001.
Los despidos masivos abundan estos días en Estados Unidos. El final de la década dorada se traduce en desempleo. Charles Schwab, el mayor broker bursátil a través de Internet, informó ayer de que hasta 3.400 de sus trabajadores (el 13% de su plantilla) tendrían que abandonar la empresa por 'la incertidumbre en los mercados y la falta de clientes'. La compraventa de acciones por parte de los pequeños ahorradores que forman el grueso de la clientela de Charles Schwab ha bajado más de un 35% en lo que va de año. Antes de anunciar la reducción de plantilla, la empresa había intentado dar a sus trabajadores tres viernes libres al mes, sin sueldo.
El Departamento de Trabajo indicó ayer que el número de inscripciones en las oficinas de empleo se redujo la semana pasada a poco más de un millar, mucho menos que en la anterior, en que alcanzó los 5.000. 'La destrucción de puestos de trabajo aún está equilibrada con la creación de nuevos empleos. Ahora hay 379.000 peticiones de subsidio. Si esa cifra asciende hasta las 450.000, el número total de empleos empezará a bajar y la economía puede entrar en recesión', comentó Karen Dexter, economista de Merrill Lynch.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de marzo de 2001