El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se apresuró ayer a justificar el voto de Convergència i Unió (CiU), el jueves en el Congreso a favor del proyecto del Plan Hidrológico Nacional cuando tan sólo 15 días antes lo había rechazado en el Parlamento de Cataluña. Para Pujol la coalición tumbó las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición por su convencimiento de que puede modificar sustancialmente el proyecto durante su trámite parlamentario mediante la incorporación de las enmiendas de la Generalitat, informa Silvia Marimón.
Pujol negó que el voto de CiU sea moneda de cambio de las negociaciones sobre el nuevo sistema de financiación autonómica, en contra de lo afirmado por varios dirigentes de la coalición que se refirieron a las presiones ejercidas en este sentido por parte del Partido Popular. Incluso, el portavoz de la Plataforma para la Defensa del Ebro, Manolo Tomás, aseguró que el presidente de la Generalitat les había reconocido este extremo durante la reunión que mantuvieron la pasada semana en Tortosa.
El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, también negó que la estabilidad parlamentaria en Cataluña dependa de la actitud de CiU respecto al Plan Hidrológico. Las críticas a los nacionalistas arreciaron ayer desde todos los partidos de la oposición.
El líder del PSC, Pasqual Maragall, fue quien tuvo las palabras más duras contra CiU. 'Lo que el Parlamento catalán votó por mayoría ha sido vulnerado y violado en el Congreso por los nacionalistas de aquí y de allí. Por los de Cataluña y los de España. Lo que demuestra que estos dos nacionalismos son un peligro público', afirmó Maragall.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de marzo de 2001