Las cuentas del Estado se saldaron en los dos primeros meses del año con un superávit de 964.800 millones de pesetas (5.799 millones de euros), cifra superior en un 37% a la del año anterior. Este resultado, medido en contabilidad nacional (ingresos y pagos comprometidos), supone el 0,9% del PIB y responde a que se han frenado los empleos no financieros (crecen un 2,8%) y a un aumento muy superior (el 9%) en los recursos.
En términos de caja (ingresos menos pagos realizados) la evolución no es tan favorable ya que el saldo negativo aumenta un 10,3% y alcanza los 207.200 millones de pesetas hasta febrero. La abismal diferencia entre una cifra y otra radica, sobre todo, en el pago de intereses de la deuda. En contabilidad nacional se apuntan cuando los títulos se emiten y en caja, cuando se pagan.
Tanto los ingresos como los pagos aumentaron en caja algo más del 8%. En cuanto a los ingresos, lo más destacado es la subida del 9,6% en la recaudación por IRPF gracias a que las comunidades autónomas han pagado atrasos por retenciones. También, a que los beneficios del Banco de España han sido un 31,5% superiores a los del año anterior. El IVA logra un crecimiento del 9,4%, reflejo de las tensiones inflacionistas y de que el consumo aún sigue fuerte.
Ayer se dieron a conocer, por otra parte, los resultados del déficit comercial en enero que se situó en 491.556 millones de pesetas, con un aumento del 10,2%. Las exportaciones crecieron un 19,8%, siete décimas por encima de la media del cuarto trimestre de 2000. Las importaciones también se han acelerado, con un aumento del 17,4% nominal y del 15,6% real (sin inflación), lo que no cuadra muy bien con otros signos de enfriamiento económico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de marzo de 2001