El comité de veterinarios de la Unión Europea (UE) dio luz verde ayer al Reino Unido para que vacune contra la fiebre aftosa a 180.000 vacas lecheras de Cumbria y Devon cuando lo crea conveniente. Éstas son las dos zonas más afectadas por el virus. Devon tiene, además, la mayor concentración de granjas lecheras del país y el Gobierno prefiere proteger a las reses para evitar problemas de abastecimiento en el futuro. Mientras los expertos comunitarios decidían, el Ejército era invitado a sumar sus propios tiradores al equipo de profesionales que sacrifica animales junto a la fosa abierta en Cumbria. En ella estaban enterradas ayer unas 20.000 cabezas de ganado (la mayoría, animales muertos en granjas).
MÁS INFORMACIÓN
La decisión de la UE deja las manos libres al ministro británico de Agricultura para efectuar una vacunación 'parcial y muy controlada' de vacas que no será ampliada de momento al resto de la cabaña nacional. Con este escollo resuelto, el mayor problema es limpiar las granjas de animales muertos y acelerar la matanza de los que están sanos pero deben ser destruidos para evitar la propagación del mal.
El Ejército sacrificó ayer unos 6.000 animales (sobre todo ovejas). El comandante en jefe del Ejército de Tierra, Michael Jackson, que visitó ayer Cumbria, calificó la tarea como 'una tragedia nacional'. El militar vio llegar y morir a los primeros rebaños transportados por carretera en el Reino Unido desde que empezó esta crisis, en febrero pasado. En la fosa de Cumbria serán enterrados en principio unos 250.000 animales.Con el número de focos en aumento sin freno (anoche había 716), el jefe de Gobierno, Tony Blair, admitió en la Cámara de los Comunes que no puede saberse cuántos animales podrían estar incubando el virus. Por otra parte, en Holanda grupos de granjeros bloquearon ayer varias carreteras pidiendo que el sacrificio de animales se restrinja a las zonas infectadas que suman ya 11.
Dos 'vacas locas' más
En España, el Laboratorio Nacional de Referencia de Zaragoza confirmó ayer dos nuevos casos de vacas locas, lo que eleva el total a 38. Los animales enfermos pertenecían a dos explotaciones de la provincia de Lugo, situadas en Monterroso y Pedrafita do Cebreiro. En el primer caso era una vaca de seis años que murió en la granja. El mal de la res de Pedrafita, de ocho años, se descubrió con el test del matadero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de marzo de 2001