El Tercer Plan de Igualdad de Oportunidades (PIO) elaborado por la Consejería de Bienestar Social, que dirige Rafael Blasco, cuyo borrador recibió ayer el visto bueno del Consejo de la Mujer, prevé elevar a las Cortes un proyecto de ley destinado a combatir la discriminación contra las mujeres. Además, plantea la creación de programas de reeducación de agresores sexuales para evitar que reincidan.
El borrador del tercer PIO, cuyo plazo de aplicación abarca de 2001 a 2004 , contempla un área nueva destinada a implicar a los poderes públicos en la igualdad de oportunidades. Este apartado plantea que el principio de igualdad de oportunidades pese en expedientes de contratación de la Administración, o en las fórmulas de baremación de las ayudas y subvenciones de la Generalitat. A estos aspectos, u otros como consignar líneas presupuestarias específicas en todos los departamentos del Consell que tengan responsabildad en la ejecucción del Plan de Igualdad, se suma el compromiso de presentar a las Cortes un proyecto de ley para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
En el campo relacionado con el empleo femenino, el plan prevé realizar un estudio que evalúe el trabajo no remunerado que realizan las mujeres y su incidencia en la economía de la Comunidad, así como estudiar la presencia por sectores de las mujeres en actividades de economía sumergida. Ante el elevado porcentaje de paro femenino, el texto contempla fomentar la inserción de mujeres desempleadas a través de 'procesos de formación con horarios flexibles'.
Otro de los puntos destacados en el borrador son las medidas destinadas a combatir la violencia de género. Para ello, plantea la creación de programas de reeducación para agresores, investigar junto a los juzgados y las fiscalías la incidencia, causas y factores que intervienen en este tipo de violencia. El borrador, al que se añadirán sugerencias planteadas ayer por las organizaciones de mujeres, incluye también acciones dirigidas a la educación en igualdad. El Consell se compromete a proporcionar recursos suficientes que faciliten al personal de los centros educativos impartir formación coeducativa, jornadas de sensibilización, y establecer mecanismos para fomentar la participación femenina en la formación profesional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2001