La Comunidad de Madrid tiene más de cinco millones de habitantes, pero es ínfimo el porcentaje de ellos que en realidad tienen la manía de seguir embriagándose más allá de las cuatro de la madrugada.
Por eso no hay derecho a que sean sacrificados a esa manía millones de personas en su descanso, su sueño, su trabajo y su salud, con la prolongación de horarios de bares con la que se viene amenazando.- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2001