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El hombre muerto a puñaladas se oponía a que el agresor hablase con su hija

Severiano Márquez Cuño, de 61 años, murió cosido a cuchilladas cuando intentó impedir los deseos de Fernando R. V., de 31 años, de salir con Marisa, la hija del fallecido, según declaró ayer uno de los vecinos de la calle de Laín Calvo, en el distrito de Latina, donde el pasado miércoles se produjo el crimen.

Las circunstancias del hecho no están claras, pero según Óscar, amigo del supuesto homicida, Fernando salió de su casa esa noche para saludar a Marisa, cuando ésta regresaba de su trabajo acompañada por su padre, Severiano. Éste exigió a Fernando que dejara en paz a su hija, momento en el que se inició una discusión en la cual Fernando esgrimió un cuchillo con el que asestó 22 pinchazos a Severiano. 'Posiblemente le dio un ataque de locura', señala el amigo. 'A mí me contó que le gustaba la hija de Severiano, y hace poco le había regalado un ramo de flores', añadió. 'Sólo salía de su casa para saludarla cuando ella volvía del trabajo'.

Fernando había logrado desintoxicarse de la heroína hace más de tres años. Después se marchó a Alemania a trabajar en la cocina de un restaurante italiano, 'pero cuando volvió, hace año y medio, ya no era el mismo. Me daba miedo', explicó Óscar. 'Le dije a mi padre que no le abriera la puerta si yo no estaba'.

Fernando V. R., que sufría trastornos psicológicos, se ha negado a declarar ante la policía.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2001