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VISTO / OÍDO

Mis errores

Creer que el terrorismo es una acción que con medios pequeños crea una alarma superior a su poder; que cuenta con sus víctimas y el miedo para multiplicar su realidad; que provoca a los gobiernos y los estamentos amenazados y les lleva a perder su sentido democrático; que desde hace cuarenta años los sucesivos gobiernos han empleado desde los inicuos juicios militares y el garrote vil y el fusilamiento cuando Franco a los batallones paramilitares de la primera democracia y los GAL del gobierno de González, y ninguno ha conseguido contenerlo, pero se ha violado la democracia.

Que este Gobierno ha aumentado la tensión hasta convertir el terrorismo en el tema mayor de España, y no es verdad; que ha creado un antiterrorismo como el anticomunismo, de forma que expresar una opinión distinta es ser cómplice; que lo ha utilizado con la experiencia del anticomunismo y ha forzado al partido socialista a olvidar su oposición; que ha desplazado la lucha contra el terrorismo a la conquista electoral del País Vasco para su expansión; que está usando a nacionalistas vascos contrarios a la violencia y amenazados para que eleven su miedo a una ofensiva contra quien no es como ellos; que en este periodo preelectoral se ha acentuado cuando ven que pueden volver a ganar los nacionalistas; que se pretende una alianza de poder entre socialistas y conservadores en las elecciones que, una vez más, desprestigiará al partido en toda España; que ya le ha llevado a un lenguajismo falso y sucio, como el de unir a las manifestaciones contra ETA con el ensalzamiento de una Constitución y unos Estatutos que parecen inmunes, o al añadido astuto de 'y sus cómplices' para la caza de brujas; que esta política se eleva de manera que las autonomías del otro partido se van distanciando de su propio partido, que decrece su fuerza y los nacionalismos la aumentan; que han creado un pensamiento único ante el crimen y nos está llevando a perder la conciencia libre.

Que pase lo que pase con las elecciones, el terrorismo va a continuar. Que a pesar de las valiosas detenciones y desmantelamientos preelectorales el aparato continúa. Que el pacifismo y el diálogo no es complicidad. Y que hace falta más valor cívico para mantenerla que para seguir la corriente del poder. Son mis errores: seguiré en ellos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2001