El Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia está a punto de acabar la instrucción por el caso de contagio masivo de hepatitis C en el que de momento hay dos imputados, el anestesista Juan Maeso, supuesto autor directo de los contagios en el hospital La Fe y en la clínica Casa de Salud a través de las jeringuillas utilizadas en las intervenciones, y uno de sus superiores en el hospital La Fe, el jefe de anestesiología, Rafael Montero. Así lo aseguraba ayer el fiscal del caso, Javier Carceller, tras el interrogatorio a tres testigos citados por el juez para determinar qué anestesista intervino en la operación quirúrgica a cuatro de los infectados.
Carceller manifestó que, después de concluida la instrucción, 'queda la duda de cómo, dónde y de qué manera se celebrará este juicio'. El fiscal dijo haber advertido de la cuestión en varias ocasiones al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia, Enrique Beltrán, para que se empiece a trabajar en los problemas de infraestructura que generará la vista oral. 'Hay que tener en cuenta', aseguró, 'que estamos hablando de más de 500 testigos que deberán someterse al interrogatorio de los 95 abogados que representarán a las acusaciones'. Por otra parte, Carceller afirmó que 'en un supuesto como éste, la ley, no tiene nada previsto. En el caso de comparecer muchas acusaciones populares, éstas pueden agruparse en una sola representación para simplificar el proceso, pero al tratarse de afectados que defienden intereses particulares dicha representación colegiada sólo es posible en algunos casos'. Otro de los problemas planteados por el juicio, según Carceller, es el tiempo de duración, que el fiscal aseguró que 'puede ser de hasta 6 meses'.
Carceller explicó: 'A falta de algunos datos, pienso que finalmente las personas infectadas por hepatitis C cuyas secuencias genéticas coinciden con la del doctor Juan Maeso, serán unas 268. Otros 300 casos han sido archivados al no hallarse ninguna relación de su contagio con el doctor Maeso'.
Más explícito se mostró Francisco Davó, letrado defensor del principal imputado en la causa, Juan Maeso. 'Creo que el tema tiene difícil solución y será un juicio muy problemático', aseguró. Según el abogado, 'a los 95 abogados de la acusación hay que añadir otros 10 que representarán las defensas. Sólo que un 20% de éstos decidan interrogar a uno de los más de 500 testigos dicho interrogatorio puede durar una mañana entera'. Aunque de momento sólo hay dos abogados defensores en la causa, los de Juan Maeso y Rafael Montero, es previsible que entren también los representantes legales de varias compañías aseguradoras, de la Consejería de Sanidad, que gestiona el hospital La Fe, y de la clínica Casa de Salud, centros sanitarios en los que trabajó Maeso y en los que se produjeron contagios de hepatitis C. Dichas defensas intervendrán tan pronto como el juzgado determine las posible responsabilidades civiles del caso.
Davó comentó que otro de los problemas se plantearía en relación con las pruebas periciales. 'Los forenses deberán ratificar más de 300 informes médicos de afectados de forma separada. Eso sin contar otros tantos informes genéticos', señaló. 'No tengo ninguna duda de con motivo del juicio se deberá habilitar un espacio de grandes dimensiones que en la ciudad de Valencia sólo pueden ser el Palau de Congressos o el Palau de la Música'.
Según Davó, la complicación técnica que supondrá este juicio, 'sólo es comparable a las dificultades que comportaron juicios como el de la contaminación por aceite de colza o el asunto Banesto'. Según Davó, será 'uno de los juicios más caros de la historia judicial española'.
Una vez terminada la instrucción, el titular del juzgado número 5 remitirá el sumario a la Audiencia de Valencia para que se entregue al tribunal encargado de juzgar el caso y se determine la fecha de inicio del juicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001