No nos equivoquemos. Ya estamos en el siglo XXI; los modos y formas del siglo pasado, dejémoslas definitivamente atrás. En la manifestación de estudiantes del jueves, algunos de mis alumnos del Instituto Cabo Huertas y otros del Instituto Jaime II, han sido golpeados y maltratados en un signo inequívoco de confusión por la polícia. Los han confundido con personas indeseables, cuando estos chicos y chicas son en realidad unos idealistas, los han confundido con vagos cuando son los que están sacando los sobresalientes de nuestros bachilleratos y nuestros COU. Durante años se ha hablado del desencanto, del pasotismo y ahora que hay jóvenes activos y a la vez pacíficos, estudiosos y de pelos largos o coletas, conscientes y a la par que aficionados a la música y a la reunión, se comienza a cargar contra ellos, en vez de agradecerles su sinceridad, su buenhacer. Somos todos iguales vayamos vestidos así o asá, llevemos esto o lo otro, nos manifestamos con tam-tam y malabares o en silencio. Todos somos iguales ante la ley. Basta ya a las exclusiones de cualquier signo que sean.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001