El ciclista Javier Otxoa fue trasladado ayer, en avión, desde el hospital Carlos Haya, de Málaga, hasta el de Cruces, de Bilbao, por deseo de su familia, residente en la capital vizcaína.
Otxoa, hospitalizado desde el 15 de febrero, cuando fue atropellado mientras que se entrenaba junto a su hermano Ricardo, muerto en el accidente, evoluciona bien de 'un politraumatismo muy grave' y no precisa respiración artificial, pero permanece en coma.
Los médicos ven 'alentador' el hecho de que haya empezado a mover algo las manos y los pies y haya abierto los ojos de forma 'espontánea'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001