La empresa estadounidense de telecomunicaciones Bidland Systems ha demandado en los tribunales federales de Estados Unidos a Telefónica por 150 millones de dólares (28.000 millones de pesetas) por presunto 'fraude y apropiación indebida'. Bidland, especializada en tecnología para subastas en Internet, acusa a Telefónica y a su subsidiaria B2B de apropiarse de secretos empresariales mientras fingía estar pactando una empresa conjunta que luego rompió unilateralmente y utilizó la información para crear una nueva empresa, Katalyx, con sede en Miami.
Telefónica niega rotundamente las acusaciones. 'No hay nada de verdad. Sólo se firmó una carta de intenciones, pero nunca se ejecutó un contrato y, por lo tanto, nunca se rompió. Nunca utilizaron su tecnología, ni tienen intenciones de usarla en el futuro', afirma Hilarie Bass, la abogada de Telefónica en Miami. La letrada señala que el único otro documento que firmó su cliente fue un pacto de confidencialidad.
La querella sostiene que Telefónica 'nunca tuvo la intención de cumplir ninguno de los contratos que firmaron o prometieron firmar. Cínicamente persuadieron a Bidland a que les descubriera secretos empresariales que después Telefónica robó y utilizó para crear un negocio idéntico'. Bidland solicita además al juez que clausure todos los sitios en los que Telefónica utilice su programa informático, que, según ellos, son: la web de Katalyx, Telefónica B2B, secciones de Terra Lycos y secciones de Telefónica Data Corporation.
Telefónica afirma que los tribunales norteamericanos no tienen jurisdicción sobre la empresa matriz española, ni los tribunales de California (donde se ha presentado la demanda) la tienen sobre las empresas subsidiarias, con sede en Miami. No obstante, esta semana Telefónica ha pedido al juez que selle el caso porque está dispuesta a llegar a un acuerdo extrajudicial, en vez de ir a un juicio con jurado. La letrada Bass, además, sostiene que Bidland 'no tiene pruebas'.
El juez Jeoffrey Miller tiene previsto emitir su dictamen en los próximos 10 días, según señaló su portavoz.
Según la demanda, la nueva compañía, que se llamaría Subastia (71,5% de Telefónica B2B y 28,5% de Bidland) se valoró entre 500 y 2.000 millones de dólares (92.000 y 365.000 millones de pesetas). El pacto se rompió cuatro meses después de que Juan Villalonga dejara de presidir Telefónica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001