La dimisión de la edil de Medio Ambiente de Móstoles, Ángela Álvarez, de IU, ha durado tres semanas, las que ha tardado en conseguir del alcalde, José María Arteta, del PSOE, un decreto con nuevas competencias. Porque fue la 'falta' de responsabilidades la que precipitó el portazo de la concejal. A partir de ahora, Álvarez tendrá voz en asuntos que antes tenía vetados, como la autorización de vertidos líquidos industriales, la expedición de licencias de obras y actividades, el plan de protección en materia medioambiental o la recogida selectiva de residuos.
El descontento de Álvarez por el ninguneo de sus compañeros de gobierno era patente y, a principios de marzo, optó por la dimisión sabiendo que su marcha ponía en peligro la estabilidad del ejecutivo, que llevan a medias el PSOE e IU (14 concejales) frente a los 12 del PP y uno del Grupo Mixto. La titular de Medio Ambiente se quejaba también de la carencia de personal (seis empleados, en vez de los 16 necesarios) y de que lo relativo a los parques y jardines, la limpieza viaria y la recogida de residuos estuviera en manos de Servicios Generales.
En cualquier caso, el alcalde se asegura en el decreto la potestad de recibir información previa a la adopción de 'decisiones de trascendencia'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001