Las autoridades danesas anunciaron ayer que el vertido de fuel provocado el pasado jueves en el Báltico por el choque entre un petrolero y un carguero ha alcanzado las islas de Falster y Moen, a 120 kilómetros al sur de Copenhague. Pese a ello, la mayoría del vertido está controlado, según informes oficiales. Unas 1.900 toneladas de fuel se esparcieron por el mar, tras el accidente, frente a la costa sureste de Dinamarca, junto a aguas jurisdiccionales alemanas. Ambas tripulaciones resultaron ilesas.
El petrolero Baltic Carrier, bajo bandera de las Islas Marshall, transportaba 30.000 toneladas de fuel, y sufrió una brecha de unos 20 metros cuadrados.
En las islas de Falster y Moen, equipos armados de palas han comenzado a limpiar la contaminación, aprovechando la marea baja. La marea negra, aunque moderada, ha causado víctimas en la fauna. Unas 80 aves han aparecido asfixiadas por el fuel, y los ornitólogos estiman que la mortandad puede alcanzar los 300 ejemplares, sobre todo patos. El biólogo Knud Flensted teme sin embargo que, si el viento se levanta y dispersa los grumos de fuel, podrían morir miles de aves.
'Tenemos el vertido bajo control y el tiempo nos favorece, no como hasta ahora', señaló un portavoz de los seis guardacostas daneses, alemanes y suecos que operan en la zona. 'Si hubo posibilidad de catástrofe, ya se ha disipado'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2001