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Entrevista:TERESA BERGANZA | MEZZOSOPRANO

'Los cantantes tienen mucha prisa por llegar a ser divos'

Mientras se pelea con su teléfono móvil para llamar a su pianista Juan Antonio Álvarez, la mezzosoprano Teresa Berganza traiciona su costumbre de no hablar demasiado el día antes de un recital y atiende ampliamente a los medios. Su voz trona contra el 'insulto' que ha sufrido su colega Montserrat Caballé, postergada por el Círculo del Liceo de Barcelona, que veta sistemáticamente a las mujeres como miembros. Ya más calmada, responde con la pasión de quien ama su profesión.

P. ¿En quién se ha mirado para llegar hasta aquí?

R. No tuve ningún ídolo. Lo único, una maestra de canto en la que tuve una confianza absoluta y con la que trabajé hasta que murió hace trece años. Ella era consciente de que le llegaba la hora y me dejó las soluciones a los problemas que me surgirían, consejos que me mantienen todavía. No he querido copiar a nadie para desarrollar una técnica segura y mía. Hay que decirle a los que empiezan que no quieran ser Marilyn Horne, Victoria de los Ángeles, María Callas o Montserrat Caballé.

P. La verdadera estrella de la ópera, ¿Quién es?

R. El cantante no. Lo más importante es el director de orquesta, que debe saber cómo se lleva la ópera y ordenar a los demás. El cantante no debe modificar las obras para su propio lucimiento y hay que respetar a los grandes creadores, que lo dejaron todo muy bien escrito. Además, yo no le puedo preguntar a Rossini: 'maestro ¿le parece bien esta cadencia?' En aquella época sí se podía consultar. Actualmente se hace verdaderas atrocidades por lucir de una voz.

P. ¿Tiene demasiada presencia el director de escena?

R. En la ópera, lo primordial es la música, por lo que el director de escena es un colaborador más y su papel está sobrevalorado actualmente. En lugar de esto, debe ser humilde y hacer su trabajo al servicio de la música, el texto y los cantantes.

P. Los compositores clásicos no dejan lugar a los de ahora.

R. Mientras no llegue un genio que encumbre la música contemporánea, nos tenemos que quedar con los clásicos: Bach, Chaikovski, Stravinsky, Mozart...

P. Y las voces que empujan desde atrás.

R. Hay muchas y muy buenas, aunque a veces equivocadas por el encaminamiento que les dan los maestros al hacer soprano a la mezzo, o a la soprano la convierten en soprano ligera. Esto es muy peligroso. Los nuevos cantantes deben ir despacio para descubrir su propio hueco. Existen voces muy bonitas en España, pero los cantantes tienen mucha prisa por llegar a ser divos o divas.

P. ¿Por qué no llega la música a los jóvenes?

R. Los conciertos están llenos de público viejo. Para que las próximas generaciones amen la música clásica, ésta debe ser llevada a las escuelas y a las universidades.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de abril de 2001