Las batallas campales entre aficionados se sucedieron el pasado fin de semana en Moscú, con ocasión de la tercera jornada de la Liga de fútbol, y dejaron un balance de 39 heridos y 660 detenidos. Los mayores altercados se produjeron en torno al encuentro de la eterna rivalidad, Spartak-CSKA (1-0), en el que los hinchas llegaron a enfrentarse a la policía en la mismísima Plaza Roja. Los violentos destrozaron 1.436 asientos del estadio, cuya reparación costará unas 400.000 pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de abril de 2001