Estudio de J. Sokostak, 1931.
Cuanto más escaso es el material presente sobre el tablero en un estudio, más deben valorarse las ideas que con él pueden desarrollarse. En este sentido, el presente estudio es una obra maestra. Inicialmente la situación parece sencilla de resolver; las blancas deben jugar 1 Rg8, Ac3 y todo parece consistir en llevar el caballo hasta g7. Sin embargo, la posición encierra sutilezas insospechadas. Veamos: 2 Cc7 j., Rd7 / 3 Cd5, Aa1 / 4 Rf7 (amenaza 5 Cf6) 4... Ah8 / 5 Cf4, Ab2 y después de 6 Ch5, Ah8 / 7 Rg8, a cualquier jugada de alfil sigue 8 Cg7 ganando; pero las negras disponen de la increíble defensa 7... Re8!! y si 8 R - h8, Rf8 y tablas, pues el caballo no puede quitar al rey negro las casillas f7 y f8, con lo que el monarca blanco queda preso y no puede coronar. Si en vez de 8 R - h8 las blancas intentan 8 Cg7 j., Re7 y hay otro empate 9 R - h8, Rf8! / 10 Ce6 j., Rf7, etcétera. Para ganar hay que realizar una triangulación destinada a perder un tiempo: 6 Rf8!, Ac3 / 7 Ch5, Ah8 / 8 Cg7, Rd8 / 9 Rf7, Rd7 / 10 Ce6!, Rd6 (forzada; si juega el alfil 11 Cg7 gana de inmediato) / 11 Cf4!, Rd7 / 12 Rg8, Re8 / 13 Ch5, Re7 / 14 Cg7! y tenemos otra vez la posición dada en la variante que se inicia con 6 Ch5, sólo que con una 'pequeña' diferencia; les toca jugar a las negras, y esto las conduce de la mano a la derrota. Ahora su monarca no dispone del cuadro e8 para pendular, y por ello pierde; 14... Rf6 / 15 R - h8, Rf7 / 16 Ce6! y las negras están perdidas al no poder jugar 16... Rf8. Una vez más el tiempo, ese brujo contradictorio y tiránico, ha hecho de las suyas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de abril de 2001