Alejandro Nissen, el fiscal que investiga el caso del BMW del presidente de Paraguay, Luis Ángel González Macchi, continúa su investigación del auto presidencial. A raíz de sus pesquisas, encontró, según dijo a EL PAÍS, una red de estafa multimillonaria al fisco, por la cual se importaban vehículos con un certificado de nacionalización y después eran vendidos en el mercado sin pagar los aranceles correspondientes.
Hasta el momento se han encontrado unos trescientos automóviles en esas condiciones, pero los números podrían ser aún mayores. El fiscal descubrió la estafa "casi por azar", según dijo, al investigar el origen de una camioneta de la playa de venta de automóviles que había actuado como intermediaria en la venta del auto presidencial.
Sobre las acusaciones de algunos sectores de que se puede estar intentando llevar la investigación lejos del círculo presidencial, el fiscal Nissen negó vehementemente que esa fuera su intención. Aseguró: "Ningún acuerdo, ni para firmar una invitación de cumpleaños; no vamos a llegar fuera de la justicia. Vamos a hacer todo a través del juez y del respeto a las leyes y los tratados internacionales".
El BMW 525 modelo 1998 blindado había sido entregado en calidad de préstamo por un amigo del presidente y posteriormente fue vendido al estado por unos 81.500 dólares, el 26 de junio de 2000.
Recientemente se comprobó que el auto había sido robado en São Paulo (Brasil) de una de las empresas del grupo Johnsonn & Johnnson en diciembre de 1999.
No está claro, sin embargo, si el automóvil podrá regresar a Brasil, ya que los reclamos sobre automóviles robados fenecen a los 20 meses, según explicó el fiscal Nissen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de abril de 2001