No sé si soy la única persona en España a la que han intentado hacer la entrevista del CIS recientemente publicada por su diario sobre Inmigración, y que después de leer las preguntas, se ha negado en rotundo, por considerarla en sí misma racista, y verán por qué.
Primero: A la pregunta sobre 'qué inmigrantes preferiría usted...' no aparece la respuesta que más lógica parece, es decir: 'A todos por igual', o por lo menos 'Otras respuestas', y sí una lista implícita de 'etnias', entre las que se incluye 'África negra', que hace referencia, al parecer, no a los empresarios de Mobutu, que los hay, sino a los pobres muertos de hambre de la selva africana.
Segundo: Con respecto a la pregunta '¿Qué política cree... con respecto a los trabajadores inmigrantes?' tampoco aparece la respuesta 'Ninguna', que es la única acertada, pues el hecho de ser trabajadores implica que no se puede ni debe seguir con ellos, sean inmigrantes o no, una política determinada, pues de lo contrario sería discriminatorio.
Tercero: ¿Cómo puede preguntarse si la inmigración es positiva o negativa para los países que la reciben? Sencillamente, preguntar esto es vergonzoso e insultante, tanto si se refiere a si la economía crece o decrece como a si los inmigrantes traen problemas o no, pues lo primero es evidente, y lo segundo, también. La inmigración, señores del CIS, es un problema en sí mismo, desde el punto de vista humano, y sencillamente no se puede medir en términos de positivo o negativo, como si fueran acciones de Bolsa.
Y por último, con respecto al resto de preguntas, y el enrevesado amaneramiento que padecen: Sin comentarios. Y 'sin comentarios', también, los espeluznantes porcentajes de los resultados, que demuestran una vez más, que España es un país menos tolerante de lo que a simple vista parece, y que quienes lo gobiernan tratan de justificar su política, precisamente en eso, en la'popularidad' del racismo latente.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de abril de 2001