La gran cantidad de palmones que inundaron ayer calles, plazas e iglesias puso de manifiesto que la tradición de bendecir la palma el Domingo de Ramos, pese a todo, mantiene su arraigo. La festividad, que marca el inicio de la Semana Santa,tiene como principales protagonistas a los niños, que, según manda la tradición, son obsequiados por su madrina con una palma o un palmón para que sea bendecido ese día. En Barcelona, la fiesta de la bendición de palmas tiene como escenarios por excelencia las plazas de la Sagrada Família (donde se tomó la fotografía) y de la Catedral, que quedaron abarrotadas de adultos y niños con palmones en la mano. Según fuentes del sector, en Cataluña se han vendio este año más de 50.000 palmas y palmones, la mitad de ellos en Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de abril de 2001