Sacerdotes y feligreses participaron ayer en la tradicional procesión del Domingo de Ramos, que recorrió varias calles de Madrid desde la iglesia de la Encarnación hasta la catedral de la Almudena. Las palmas y las ramas de olivo estuvieron presentes en todo el trayecto y junto a las iglesias, donde, en improvisados puestos, se vendían estos símbolos de la Semana Santa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de abril de 2001