Con más frecuencia de la deseada EL PAÍS me sorprende por el tratamiento que dedica a los países árabes. En la información que ofrecen sus páginas los israelíes suelen ser asesinados, mientras que los palestinos mueren misteriosamente por las balas del Ejército israelí. La elección de uno u otro verbo es inquietante, pero lo que realmente me sorprende son sus editoriales.
Con motivo de la reciente reunión de la Liga Árabe en Ammán, un editorial del pasado 29 de marzo (Cumbre irreal) se despachaba convirtiendo las convocatorias de esta organización en 'el anagrama (?) político más raído de los últimos tiempos', los resultados de la última cumbre se resumían en 'letanía condenatoria' del embargo iraquí y, hablando de todo un poco, 'la autonomía palestina es un pozo sin fondo de corrupción'.
Otro ejemplo del mismo estilo, probablemente salido de la misma pluma, aparecía publicado el pasado 17 de enero en un editorial (Kuwait y sus mujeres) que trataba del rechazo del Tribunal Constitucional de ese país al voto femenino y las candidaturas de mujeres (retrógrado hoy y hace diez años). En este artículo, la opinión del periódico no firmaba, sentenciaba: 'El mundo árabe, en su conjunto, el rincón más intolerante del planeta'.
¡Con lo grande que es el planeta, la cantidad de rincones que tiene y la cantidad de intolerantes! En cualquier caso, poco matiz para referirse globalmente y a brochazos a los 22 países y 270 millones de personas a los que denominamos genéricamente como mundo árabe. La rotundidad de estas afirmaciones, por poco argumentadas, reflejan más los prejuicios de quien lo ha escrito y publicado que la realidad que se pretende comentar con rigor.
Echo de menos, porque no la practica, la misma contundencia del periódico editorializando sobre otras áreas o colectivos; o sobre los resultados de los consejos europeos de la UE, las cumbres hispanoamericanas o las reuniones de la ONU que regularmente aprueban resoluciones condenatorias de la ocupación israelí, con poco éxito. Y me extrañan estas curiosas clasificaciones de organizaciones internacionales inútiles o países intolerantes.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de abril de 2001