Los mercados de valores volvieron a ofrecer ayer una firme resistencia a dejarse llevar por un ambiente económico que empeora de día en día, pero para el que se espera que los bancos centrales aporten soluciones puntuales. De poco ha servido el ejemplo de Japón, que vivía en esta sesión un rechazo frontal del mercado a las medidas de emergencia aprobadas recientemente, por considerarlas insuficientes. El índice Nikkei perdió el 4,05%, la segunda mayor caída del año, pero las bolsas europeas abrieron la jornada intentando desmarcarse de aquella crisis.
La bolsa española consiguió recuperar los niveles de soporte que permiten esperar alguna reacción positiva, pero lo hizo con un volumen muy bajo y excesivamente concentrado en los valores más importantes. Entre cinco sociedades negociaron el 70% de los 194.717 millones de pesetas, 1.170,27 millones de euros, que se movieron en el Mercado Continuo.
La apertura al alza en los mercados estadounidenses contribuyó a mantener el tono positivo al cierre de las bolsas europeas, en las que todavía hay cierta confianza en un descenso de los tipos de interés por parte del BCE mañana miércoles.
Parte de esas esperanzas se apoyan en la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento en Alemania por parte de los seis principales institutos económicos de aquel país. Según ese informe, Alemania podría crecer este año a un ritmo del 2,1%, lo que sería un buen argumento de presión ante el BCE para que abandone su política de 'esperar y ver'.
El euro remontó posiciones hasta obtener un cambio oficial de 0,9018 dólares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de abril de 2001