La justicia iraní -controlada por el ala conservadora del régimen, opuesta al aperturismo del presidente Mohamed Jatamí- anunció ayer la detención de 23 personas en la región de Lamerd, al sur de Irán. Los arrestados están acusados de destruir bienes públicos e incitar a la violencia durante las manifestaciones del mes pasado en esa localidad, por las que ya se ha detenido a otras 35 personas. Los incidentes fueron suscitados por los planes de la Compañía Nacional de Petróleo de trasladar una refinería de gas desde Lamerd a la vecina Mohr, lo que hizo temer una merma de los fondos públicos destinados al desarrollo de la región y la pérdida de puestos de trabajo.
Por otra parte, el Parlamento iraní ha convocado a los ministros de los Servicios Secretos, Defensa y Salud para que expliquen la detención de 42 reformistas el pasado sábado. El presidente Jatamí apeló ayer a la moderación y expresó su 'disgusto' por las 'medidas tomadas contra la prensa y los grupos políticos'. La justicia iraní ha cerrado en un año 37 publicaciones reformistas y ha detenido a numerosas personas cercanas al presidente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de abril de 2001