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Canes, delfines y caballos

El tratamiento de ancianos con perros está poco extendido en España, pese a que cuenta con más de 25 años de experiencia en Estados Unidos con pacientes crónicos y terminales.

En aquellos ensayos se inspiró el doctor José Robledo, convencido de que los resultados serían igualmente positivos con los ancianos de la residencia Virgen de la Concepción de Navalcarnero. Ahora está a la caza de los exámenes que le permitan extraer conclusiones. 'Sólo he encontrado uno en Canadá, del año 1987, pero no me parece suficiente como para determinar resultados en personas con deterioros tan avanzados como las que estamos tratando aquí', lamenta.

Los canes no son los únicos animales utilizados para insuflar vida nueva a gente en estado de languidez. Ahí está el empleo de delfines para apoyar a niños autistas o las terapias con caballos para personas con lesiones medulares. Los perros son idóneos para situaciones de gran dependencia, como la de los ancianos de la residencia. El motivo es que el contacto físico mediante caricias y la percepción del calor y la textura de la piel del animal hace recobrar el sentido del tacto y provoca, por lo menos, una sonrisa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de abril de 2001