Claro y categórico, el presidente boliviano Hugo Bánzer dijo ayer 'no me voy a ir', en respuesta al pedido de acortamiento de su mandato que emergió en varios sectores al calor de la crisis social y política en la que se ha sumido el país.
Aunque las peticiones de renuncia y el adelanto de las elecciones se han producido desde la empresa privada, los sindicatos laborales y campesinos y desde algunos partidos políticos minoritarios, la respuesta presidencial en La Paz aludía directamente a la supuesta petición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada de acortar la gestión del presidente Bánzer ante su incapacidad administrativa y ante la pérdida de legitimidad democrática, tras la repartición en cuotas de poder de las vocalías de las Cortes Electorales.
'A mí no me han traído los soldados del cuartel, no he venido en el hombro de los campesinos o de los obreros. A mí me trajo el voto parlamentario y estoy orgulloso de haber llegado a la Presidencia con más del 70% del voto parlamentario. Tengo la Constitución en la mano y todo el derecho de quedarme hasta el 6 de agosto de 2002', afirmó durante una declaración ante los periodistas en la Casa de Gobierno.
El Gobierno de Bánzer es el primero con un mandato constitucional de cinco años, tras las reformas a la Carta Magna, y se inició en agosto de 1997 y concluirá en 2002.
Bánzer se mostró preocupado por la crisis que se ha desatado en el país, expresada en una nueva ola de huelgas y la marcha campesina que partió de Cochabamba hacia La Paz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de abril de 2001