La máxima autoridad religiosa del islam suní desaprueba los embarazos de madres de alquiler para parejas sin posibilidad de descendencia. El jeque de Al Azhar, Mohamed Said Tantawi, ha decretado una fetua (dictamen jurídico) contra dicha práctica, así como contra la inseminación de una mujer con el esperma congelado de su marido fallecido. Médicos y oyentes anónimos tratan de dilucidar estos días en debates radiofónicos si la madre de alquiler sólo alimenta al feto o también le da la vida en un sentido más amplio. -
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de abril de 2001