La reina Isabel II de Inglaterra dará un ultimátum a los condes de Wessex: o abandonan todos sus negocios o dejan los compromisos reales. Según publicaba ayer The Sunday Times, fuentes del palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real británica, afirman que Isabel II, escarmentada por el escándalo que han causado las declaraciones de su nuera Sophie, hablará muy seriamente con su cuarto hijo, Eduardo, y con su esposa. Si los condes deciden mantener alguno de sus negocios tendrán que dejar sus obligaciones reales, restringir sus viajes, tener limitados los pagos por parte de la reina y los favores de alojamiento, y probablemente contar con menor protección policial. Sophie Wessex, la esposa del príncipe Eduardo de Inglaterra, renunció el pasado 8 de abril a su trabajo en la agencia de relaciones públicas que dirigía, tras manifestar sus opiniones sobre algunos políticos y miembros de la familia real. El socio de Sophie en la agencia de relaciones públicas R-JH, Murray Harkin, también dimitió, salpicado por el escándalo. La condesa de Wessex cayó en una trampa del dominical News of the World, uno de cuyos reporteros se hizo pasar por un jeque árabe dispuesto a formalizar con R-JH un suculento contrato. El falso jeque grabó las declaraciones de la condesa mientras hacía comentarios indiscretos sobre el príncipe Carlos, Camilla Parker-Bowles, el líder de la oposición, William Hague, y el primer ministro británico, Tony Blair, entre otros.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de abril de 2001