Ella, Marta Suplicy es casi más famosa que él, el senador Eduardo Suplicy. Ella es la carismática alcaldesa de São Paulo, la capital financiera de Brasil. La llaman la Hillary brasileña. Y ya hay quien la veía un día disputando las presidenciales. Es del partido de izquierdas (PT) al igual que su marido, que tambien piensa ser candidato a la Presidencia de la República. Ambos son ricos industriales, aunque comunistas de toda la vida. Pero entre ambos surgieron los celos políticos. Ella prefiere que las elecciones, en la izquierda, las dispute el carismático Lula, y no su marido. Él se lo preguntó abiertamente: '¿Es que prefieres Lula a mí?'. Y ella respondió tajantemente: 'Para presidente, sí'. Uno de los hijos terció: 'Si hasta mamá prefiere a Lula como candidato, es mejor que desistas'. Y desistió, pero no de presentarse, sino de su matrimonio. Y, tras 36 años unidos, han anunciado su separación. Pero ayer el senador llevaba aún el anillo de casado. Y afirmó que aún no está todo decidido, porque a pesar de ser comunista, el senador es creyente y dice que en estas cosas la última palabra no es de los hombres, sino de Dios. 'Sólo Dios lo sabe', dijo ayer a la prensa, 'porque a veces Dios puede querer otra cosa'.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de abril de 2001