Caldera no se limitó al enunciado de la pregunta que tenía formulada para saber si Rato mantenía ayer que el PSOE presionó a UGT para que no firmase la reforma laboral y boicotea así el diálogo social. El portavoz del PSOE aprovechó para culpar a Rato 'de la ruptura del diálogo social', de haber 'impuesto la contrarreforma laboral sin informar a los sindicatos y a los empresarios antes de presentarla en el Parlamento' y de querer 'hacer méritos ante Aznar'.
Caldera concluyó que esas actitudes no le autorizaban a comportarse 'como un trapacero', que según el diccionario significa 'aquél que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a otro lanzando falsas acusaciones... [contra el partido socialista]'. Rato se ciñó al contenido de la pregunta y reiteró que el PSOE boicotea el diálogo social 'tanto en la oposición como en el Gobierno'. Y recordó las 'cuatro huelgas generales' que UGT convocó contra Gobiernos socialistas. En realidad fueron tres: el 14 de diciembre de 1988, el 28 de mayo de 1992 (de media jornada) y el 27 de enero de 1994.
Caldera se calentó y le achacó la responsabilidad de todos los 'michelines' que le están saliendo a la política económica del Gobierno, particularmente con la elevada inflación y la promoción de los contratos basura a 'contratos escoria, la apertura al esclavismo moderno'. Definió la actitud de Rato como 'matonista' y le acusó de 'querer enviar al Gulag a todo el que discrepa', ya sean jueces, la Iglesia, la oposición o sindicatos.
Rato replicó con unas declaraciones de Caldera y del portavoz de la Ejecutiva socialista en política económica, Jordi Sevilla, para intentar relacionar el comportamiento de UGT con posibles presiones del PSOE para que no firmara la reforma laboral y consideró 'patético' y una 'traición, por debilidad', que ningún dirigente socialista quiera aparecer ligado a UGT.
Poco antes, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, preguntó al presidente del Gobierno por el descontrol de los precios y José María Aznar respondió que no hay tal. El presidente admitió que el último Índice de Precios al Consumo 'no es una buena noticia' pero lo achacó a un 'cambio de hábitos alimentarios', por la 'crisis de las vacas locas', y al turismo. Zapatero contestó con ironía que siempre hay culpables: las vacas locas, el petróleo, 'las librerías, los cafés y hasta los viajes del Imserso'. La respuesta de Aznar a la acusación que le hizo el líder de IU, Gaspar Llamazares, de ser el responsable del fracaso de las negociaciones pesqueras con Marruecos fue que esa responsabilidad es íntegramente de Rabat y que es perfectamente posible buscar caladeros alternativos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de abril de 2001