La saga electoral de EE UU continúa. El prestigioso bufete del Estado de Florida que defendió al presidente George Bush en la batalla jurídica por la Casa Blanca aún está esperando que le paguen los honorarios. Es una jugosa factura de 800.000 dólares (casi 160 millones de pesetas), que hasta los propios detractores de Bush afirman que está más que justificada por el excelente trabajo que realizó el equipo legal de la firma Greenberg & Traurig.
El abogado estrella, Barry Richard, dijo ayer a EL PAÍS que no están preocupados porque saben que no se trata de que el presidente sea moroso, sino que el comité republicano poselectoral encargado de pagar las minutas está intentando recaudar dinero. 'No es un problema, yo no me quejo, aunque hay otros abogados que si lo han hecho, pero lo que pasó es que nadie anticipó entonces que la litigación se complicara tanto y por eso subió la factura', señaló Richard.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de abril de 2001