Gobernar es apostar. Pues bien, el Ayuntamiento de Castellón ha apostado claramente en contra del medio ambiente y en favor del efecto invernadero, por el coche frente a los transportes públicos. En Castellón es poco menos que un suicidio circular en bici, y a veces a pie. Hubo un tiempo en que el autobús era gratuito, pero eso va contra el mercado, el gran Dios de nuestros gobernantes. Como ellos dicen, España va bien, Castellón va bien, pero por desgracia va en coche.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de abril de 2001