Camerunés, Justin Tchatchoua fue uno de los primeros músicos procedentes de África que decidieron afincarse aquí: cuando ver a un negro en la Puerta del Sol era casi tan raro como toparse con un pingüino en los grandes almacenes. Además, Justin Tchatchoua anda asegurando que él es aquel subsahariano con traje y sombrero nuevo con el que se cruzó un día Santiago Auserón, y de cuyo fugaz encuentro surgió la popular canción del Africano en la Gran Vía.
Cierto o no, lo seguro es que en las calles y locales céntricos de Madrid este músico ha ido dejando jirones de su profesión. Desde la experiencia con el grupo Way Out hasta Afro-Brass, la veterana banda de reggae que tiene su cartel y sus seguidores en el Foro, pasando por aventuras como Wakaman o Anselmo y los Indigentes, y sus versiones a ritmo camerunés de canciones como La chica de ayer, de Nacha Pop, o Sangre española, de Manolo Tena.
Justin Tchatchoua
Justin Tchatchoua (voz y guitarra), Sergio Barcia (guitarra), Patrick Babeko (bajo), Pedro Mariné (teclado), José Mikea (percusión), Luis Miguel González (batería), Adolfo García (saxo), Marcia Medina (coro) y Muñe (baile). Suristán. Madrid, 19 de abril.
La música que ofreció en la presentación de su disco Vuela (publicado por el sello Antar) este cantante, guitarrista y compositor está casi más cerca del pop con influencias de África que de una música africana con denominación de origen. La suya es música para entregarse al baile: hay reggae en Love me the way I do, y estilos de su país natal que le sirven a Justin Tchatchoua para contar historias en inglés, francés, castellano o bamiliké. Una realidad, la de la música africana en la capital, que poco a poco, y afortunadamente, se va convirtiendo en algo habitual.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de abril de 2001