Señores, según el ilustrísimo Ayuntamiento, vivo en un barrio residencial (El Carrascal).
Como tal, disfruto los días de lluvia de unas magníficas piscinas naturales que, en esos días, me invitan al baño antes de llegar a mi casa.
Mientras me baño, debo estar muy atento, ya que, de un tiempo a esta parte, debo nadar y guardar la ropa porque, ante la nula presencia policial en la zona, la inseguridad ciudadana ha crecido.
También es de agradecer al Ayuntamiento que haya dedicado un espacio al aire libre para que algunos vecinos aprendan una profesión (mecánico) dentro de lo que se ve como 'fomento del empleo' por parte de este Consistorio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de abril de 2001