El éxito de audiencia que en los últimos años alcanzan en España películas, programas de televisión y distintas producciones culturales centradas en el mundo de lo cutre parece remitir a un progresivo abandono de ciertas formas clásicas de la cultura, tanto en su vertiente masiva como minoritaria. La extraordinaria audiencia de filmes como Torrente 2, el retorno a la programación televisiva de películas de las postrimerías del franquismo o de programas recientes como Gran Hermano alimentan un fenómeno que es analizado aquí desde distintos ángulos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de abril de 2001