Organizaciones agrarias como Asaja y UPA coinciden en señalar la necesidad de que ese plan no sea traumático y suponga una reconversión salvaje para el sector. Responsables de Asaja reconocen la existencia de un fuerte crecimiento en el sector de vacuno de carne en los años precedentes y no consideran muy negativa la posibilidad de un reajuste discreto si se hace además con apoyos públicos. Para UPA es preciso desarrollar un plan de reordenación donde los abandonos sean totalmente voluntarios y que no suponga expulsar simplemente de la actividad a los más débiles.
España tiene censadas cerca de 6,3 millones de cabezas de vacuno, de las que 1,2 millones corresponden a vacas de producción lechera. Las vacas nodrizas con derecho a prima son 1.441.000, mientras el censo real es de 1.830.000 animales. Los vacunos machos con derecho a la prima son 714.000 y los animales realmente sacrificados superan el millón de unidades. Esto supone un recorte en las ayudas comunitarias por animal. La cabaña de vacuno se halla en unas 120.000 explotaciones, al 50% entre las de carne y las de leche. Hace una década, solamente las explotaciones para leche superaban las 200.000
El plan de reestructuración planteado inicialmente por la Administración pretende fundamentalmente un ajuste de la cabaña, así como un rejuvenecimiento del censo. De acuerdo con estos planteamientos, se propugna una reducción de animales con ayudas para los sacrificios preventivos y que los ganaderos no hagan una reposición de los mismos. Medios del sector coinciden en señalar la existencia de una cabaña envejecida, por lo que se plantea aplicar también la política de jubilaciones anticipadas prevista por la Unión Europea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de abril de 2001