'Exigimos a las instituciones un acuerdo que consolide la financiación del nuevo Teatre Lliure y su proyecto de refundación. Un acuerdo que permita la inauguración, alegre y sin rencores, de un nuevo equipamiento cultural'. Así finaliza el manifiesto promovido por más de un centenar de profesionales del teatro -entre los que figuran Mario Gas, Rosa Novell y Sergi Belbel- en el que se pide un acuerdo que permita la apertura del nuevo Lliure tras la crisis provocada por la dimisión de su director, Josep Montanyès, ante la falta de fondos para su funcionamiento. El manifiesto lleva por título El Teatre Lliure, abierto y surge 'ante la crisis que ha supuesto el bloqueo del inicio de la actividad' en la nueva sede del Lliure 'con la obra acabada y a cinco meses de la inauguración'.
'No podemos admitir que las administraciones públicas (Generalitat de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y Diputación de Barcelona) implicadas en el proyecto no hayan sabido o querido encontrar una fórmula de acuerdo para abrir un teatro con el que se habían comprometido reiteradamente', se afirma en el primer punto del documento. Los firmantes también manifiestan su deseo de 'un proyecto de refundación del Teatre Lliure entendido como una propuesta amplia, abierta y plural: un nuevo espacio de creación y producción que tiene que continuar la vertebración de la actividad del país'. El tercer punto critica el debate surgido estas últimas semanas con motivo de la crisis del Lliure, que, a su juicio, enfrenta de forma interesada el sector público y el privado, lo que 'sólo puede servir para crear confusión y exonerar a las instituciones de sus deberes con la cultura'.
En el último punto reclaman la apertura del nuevo teatro sin esperar a que finalicen las negociaciones: 'Creemos que el proceso de refundación del Teatre Lliure tiene que ser liderado por la fundación Teatre Lliure, que tiene que buscar el consenso con las instituciones que lo financian y la complicidad de la profesión teatral. Ahora bien, éste es un proceso que se tiene que hacer con el teatro abierto, con los artistas trabajando y demostrando con su actividad creativa la necesidad, la oportunidad y la potencialidad de este nuevo proyecto, cosa que sólo es posible si el público, su último y verdadero destinatario, puede disfrutar de él'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de abril de 2001