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La izquierda francesa acusa al líder de la patronal de mal empresario

El presidente de la patronal francesa tiene a sus propias compañías al borde de la quiebra mientras da lecciones al Gobierno para detener la aplicación de las 35 horas, retrasar la edad de jubilación e ir a una 'refundación social'. Tal es, en resumen, la acusación lanzada por personalidades de izquierda contra Ernest-Antoine Seillière, presidente de Medef, la mayor organización empresarial del país.

Seillière es el accionista más importante de la compañía aérea AOM-Air Liberté, que necesita una inyección de 3.000 millones de francos (75.000 millones de pesetas) para evitar la quiebra. De ello depende la suerte de 7.500 empleados, muchos de los cuales se manifestaron la semana pasada ante las oficinas de la patronal. Seillière está asociado en esa compañía a los dueños de la suiza Swissair, que se teme corten mañana el grifo financiero al grupo francés.

Seillière imputa al Gobierno 'aprovecharse de las dificultades' de sus empresas para 'disimular los fracasos electorales', en alusión a los malos resultados de la izquierda en los comicios municipales de marzo. También dice que se encuentra a la búsqueda de soluciones.

Pero la tensión sube de grado cada día. Algunos dirigentes socialistas se sumaron ayer a los ataques del Partido Comunista, uno de cuyos ministros, Jean-Claude Gayssot, puso de vuelta y media al patrón de patrones, mientras su secretario general, Robert Hue, declaraba: 'Hay que despedir a Seillière'. La ofensiva sobre el presidente de la patronal le viene bien al Partido Comunista para movilizar de nuevo a sus tropas, lo mismo que la manifestación del sábado pasado contra el cierre de dos fábricas de Danone.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de abril de 2001