Los cerca de cuarenta inmigrantes que han mantenido sucesivos encierros en la ciudad de Valencia acordaron ayer poner fin a esta medida con la que trataban de que la Administración concediera permiso de trabajo y residencia a los miles de inmigrantes sin papeles que quedaron al margen del proceso de regularización abierto por el Gobierno. El punto final del encierro ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado entre la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Carmen Mas, y los inmigrantes que se firmará mañanma y que puede beneficiar a alrededor de 20.000 extranjeros que se encuentran en este momento en situación de irregularidad, según señaló el coordinador del Centro de Información de Trabajadores Migrantes de Comisiones Obreras, Javier Botey. El pacto afectará a todos los extranjeros que hayan entrado en España antes del pasado 23 de enero, fecha en la que entró en vigor la reforma de la ley de extranjería, y que estén empadronados en algún municipio de la Comunidad.
Mientras, el secretario general de UGT en la Comunidad, Rafael Recuenco, acusó ayer a la patronal de buscar 'mano de obra fácil y barata', en alusión a los inmigrantes, informa Rebeca Llorente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de abril de 2001