El presidente del Gobierno vinculó esas inversiones, como la semana pasada con el Concierto Económico, a la vigencia de la Constitución y el Estatuto.
De nuevo un diputado vasco del PP, en este caso el guipúzcoano José Eugenio Azpiroz, hizo la pregunta correspondiente en la sesión de control al Gobierno para el lucimiento de Aznar. El presidente lanzó nuevas y sibilinas advertencias contra los nacionalistas vascos. Azpiroz interrogó al presidente sobre cómo el Estado español apoya con sus inversiones presupuestarias a la comunidad vasca, la más descentralizada y con más competencias y autogobierno.
Aznar detalló que su Gobierno ha hecho desde 1996 a 2000 'un esfuerzo de inversión muy importante' de 250.000 millones para obras entre las que destacó el aeropuerto de Sondica, el puerto de Bilbao y el Kursaal de San Sebastián. Y también adelantó que hasta 2007 se plasmarán otros 800.000 millones, de los que 630.000 serán para la construcción de la llamada Y vasca, un ambicioso proyecto ferroviario del Gobierno.
MÁS INFORMACIÓN
Libertad y progreso
El presidente concluyó: 'Estamos deseosos de que ese esfuerzo tenga una materialización y un respaldo importante por la ciudadanía vasca, sabedores de que no hay desarrollo si peligra la libertad y el progreso, y que no hay libertad y progreso fuera de los marcos institucionales de convivencia vigentes en la Constitución y el Estatuto'.
Antes de esa faena preparada por su propio partido, Aznar respondió a una agria pregunta del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, sobre sus constantes vinculaciones y confusiones del futuro de Euskadi con el futuro electoral del PP en esa comunidad. Aznar replicó aseverando que siempre ha sido leal con el Gobierno vasco y exigiendo reciprocidad. Llamazares se anticipó a la acusación que le formuló luego Aznar sobre la relación de IU con el Pacto de Lizarra aclarándole que esa coalición se marchó de ese pacto en el momento en que el Gobierno dejó de negociar con ETA. Y le reprochó que el Gobierno utilice a la Fiscalía e incluso a los 'discursos de la Corona para apoyar sus propias tesis sobre el castellano y la historia imperial de España'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de abril de 2001