Como los demás, es decir, algunos católicos, insisten, yo también insisto. Los obispos hacen bien en proclamar su doctrina para conocimiento de todos los ciudadanos. Debo advertir, sin embargo, que los obispos deben decir claramente que ésa es su opinión, 'su verdad', y no una verdad que todos debamos seguir al piede la letra. Pobre favor harían los obispos a la sociedad sino advirtieran claramente que lo que dicen responde a su visión de la vida y no a una verdad que todos deban aceptar.
Que siga adelante el Gobierno de Zaplana en la Comunidad Valenciana, con sus actos y programas de apoyo a la familia y a todos aquellos que se consideran una familia. El progreso de la sociedad depende de esas decisiones valientes tomadas del conocimiento de lo que quiere la sociedad, de lo que necesita para seguir avanzando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de abril de 2001