"Quien haya de ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno será elegido democráticamente por el partido", proclamó ayer José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, en un mitin en Alcobendas (Madrid) con el que inició una campaña que criticará hasta junio el primer año de gobierno del PP.
En la última parte de su intervención, Zapatero ironizó sobre supuestos problemas para la sucesión de José María Aznar en el PP. Recordó que el jefe del Ejecutivo no será su contrincante en las próximas elecciones, porque "Aznar se va a ir, y el problema es que ahora no tienen quien quiera sucederle". Zapatero se ofreció como candidato: "Yo sí quiero suceder a Aznar y llevar al PSOE otra vez a La Moncloa". Pero antes deberán ser "los militantes" socialistas quienes decidan si él es o no su candidato. Entre gritos de "presidente, presidente", Zapatero recordó que las primarias "dan a veces muchas sorpresas". A renglón seguido elogió este método y a Joaquín Almunia, su promotor en el PSOE. "Ése es un legado de democracia interna de Almunia a este partido", dijo.
Los estatutos del PSOE no obligan a Zapatero a someterse a primarias pero el 35º congreso asumió que ése es el deseo de los militantes. Se prevé incluir esas elecciones internas en los estatutos tras la conferencia política que celebrará el PSOE en julio. Entonces se decidirá si se condiciona la celebración de primarias para elegir al candidato a presidente a la existencia de algún rival.
A la democracia dedicó Zapatero buena parte de su primer mitin de la campaña Respondemos con soluciones. Dijo que el Gobierno del PP prefiere "mandar a gobernar", y que por eso "culpa a todos" de sus propios errores y reparte advertencias y amenazas incluso a países terceros: "No siga amenazando a Marruecos", le recomendó Zapatero a Aznar. "Eso", añadió, "sólo le lleva a hacer el ridículo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de abril de 2001