Le escribo en relación al artículo publicado por el señor Torreiro, en el pasado número 134 de El Espectador, de 15 de abril, bajo el título No sólo caspa de luxe.
La crítica cinematográfica creo que existe para opinar con libertad sobre la calidad artística y técnica de una obra, y ante eso no hay nada que objetar.
Sin embargo, también opino que llamar públicamente 'ociosos aborregados' a los 3.500.000 españoles que hasta el momento han decidido ejercer individualmente su libertad de crítica (y han pagado su entrada para ver Torrente 2) es una cosa mezquina y que va bastante más allá del ejercicio de esa crítica de cine.
Creo que el autor debería tener un poco más de tacto a la hora de escribir sobre el cine español, que bastante tiene con defenderse del cine americano como para tener que soportar este tipo de zancadillas desde dentro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de abril de 2001